Sra. Ana Lajara Maldonado junto a la estudiante María C. Cabiya

El recinto de la Universidad de Puerto Rico fue construido en una finca en las afueras del pueblo de Utuado. Entrevisté a doña Ana Lajara Maldonado quien ha vivido toda su vida en las cercanías del actual recinto universitario. Su casa está, de hecho, en parte de la antigua finca.

Doña Annie, como la conocemos todas, es la dueña del hospedaje en el que me alojo mientras estoy en Utuado. Ella me cuenta que la finca en la que se construyó la UPR Utuado fue una vaquería por más de diez años y también se sembraba caña de azúcar. En adición, parte de la finca se dedicaba a la siembra de pasto para la ganadería. En toda la finca, que era muy grande, había solamente un edificio: la casa del mayordomo a cargo de todo. La finca se llamaba La Hacienda Ada.

Me describe la finca como muy hermosa, con mogotes y pasto bajito (por el ganado). Me cuenta que en la finca había muchos árboles frutales de los cuales disfrutaba: guanábanas, pomarrosas, chinas, etc.

Recuerda Doña Annie que en la finca había varios canales de agua y un saltillo (pared de piedra con una cascada). Nos cuenta que solía ir con sus hijos pequeños de excursión por la finca y llegaban a la parte más alta que queda en el barrio Arena. Algo muy curioso e importante es que en la finca se encontró un gran petroglifo hecho por los indígenas de la región. Parte de este petroglifo se encuentra en la Universidad. También se han encontrado restos de vasijas y otros artículos taínos. En el solar de su propia casa se han encontrado algunos.

La finca tuvo varios dueños antes que la Universidad de Puerto Rico, Doña Annie recuerda a don Salvador Vives Bazán y a don Antonio Cabrera Rodríguez.

Es muy interesante hablar con personas como doña Annie que sienten un cariño tan grande por el sitio donde se criaron y en el que siguen viviendo. Doña Annie está unida a este pedazo de tierra por sus recuerdos familiares y de amistades que a través de los años han hecho de este sitio su hogar.